El absolutismo en Hobbes

La Edad Moderna significó para Europa un momento de ordenamiento político. Uno de los fenómenos más destacados de este proceso fue la conformación del Estado Moderno, iniciado por los reyes durante los siglos XIV y XV, quienes fortalecieron su poder hasta llegar a su concentración absoluta. Se entendía que el rey era soberano, es decir, que no había otro poder sobre él, ya que el mismo provenía de Dios.
Más adelante, las críticas a este Estado Monárquico Absoluto, provenientes tanto del ámbito político como económico y filosófico, fueron gestando el Estado Liberal.
Hobbes, quien vivió en la Inglaterra de las disputas entre monárquicos y parlamentarios, católicos y protestantes, fue uno de los defensores del Absolutismo.
Elabora su teoría de la legitimidad del poder fundándose en que éste nace de un acto racional; la sociedad política y el Estado son artificios, cuya existencia se justifica a partir del estado de naturaleza del hombre, a quien considera una amenaza constante, debido a que busca satisfacer sus propios intereses, llegando, para ello, a la guerra.
El Estado nace, entonces, como consecuencia del temor hacia un poder común. La vida al margen de él es entendida como natural, un estado de lucha de todos contra todos. La sociedad civil, sometida al poder del soberano hace que devengan ciudadanos civilizados.
Hobbes no acuerda, no obstante, con el hecho de que el poder del rey provenga de Dios y defiende la separación del gobierno civil respecto del dominio de la Iglesia. La base para esta separación es la razón. El poder ha de ser laico. El estado, por tanto, pese a ser artificial y contrario a la naturaleza humana, es considerado un mal menor, y garantiza la supervivencia y la paz entre los hombres a costa de perder autonomía y libertad individual.
El estado que propone es un estado absolutista, cuya personificación la constituye el soberano o monarca, quien ha de concentrar el poder.
Paradójicamente, este defensor del poder absoluto del estado se convertiría en un precursor del liberalismo. Una tarea interesante a realizar sería rastrear a lo largo de sus obras las líneas que manifiestan esta aparente contradicción.