Las sombras susurran entre las copas de los árboles
tiembla de emoción una lágrima de lluvia
Atardece en la llanura
y a mis ojos le duele la inmensidad...
(y a mi pecho el rumor de tu regreso)
La sucesión de los inagotables días han ido dejando huellas en mis huesos. Las alegrías, las angustias y los claroscuros que amasaron mi alma, a veces pugnan por salir, buscan la palabra como una ventana que permita entrar la luz. Los sueños truncados, los días felices, los años bisiestos, la demora cotidiana, de todo eso se irá llenando este agujero, por donde se ha de decantar todo aquello que me ha hecho ser exactamente lo que soy, con nombre de mujer.-
1 comentario:
me gustó... lo dibujé en la mente y me gustó aún más...
suert!
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